Capitulo 7 - El Dios Chef y la Diosa de los Nueve Colores
Seis meses después.
Tang San se sentó detrás de una mesa, mirando un libro de cuentas. Este era el último mes desde que el Reino Divino había obtenido -poder sensorial-. Habían algunos seres humanos sobresalientes en el, que fueron escritos cuidadosamente en el libro de cuentas.
Su entrecejo estaba fruncido, Tang San sacudió su cabeza lentamente.
Justo en este momento, una pequeña mano helada buscó sobre su cuerpo por detrás, frotando su entrecejo.
"¿Qué hay de malo, San ge?" El sonido placentero de la voz de Xiao Wu resonó.
Tang San la dejó masajear su cara, su rostro soltó un rayo de satisfacción mientras decía con una sonrisa: "Nada, es solo que la cantidad de gente del mundo mortal se ha reducido últimamente sin ninguna razón. Pero, no hay ningún problema sucediendo en los continentes del mundo mortal, todo parece normal. He hecho algunas investigaciones, pero aún no puedo obtener resultados."
Xiao Wu se paró frente a él, y se sentó en su regazo, ella ha estado embarazada por ocho meses, solo faltaba poco más de un mes más para su parto.
"Podría ser tu percepción, ¿no se volverá real tu presagio?" Xiao Wu bajo su voz.
El cuerpo de Tang San fue sacudido, él la abrazó y dijo: "Sería mejor que no pase. No deseo que algo malo pase en el futuro."
Una sonrisa satisfecha apareció en el rostro de Xiao Wu, ella definitivamente sabía por que Tang San dijo eso. Ellos estaban apunto de darle la bienvenida al bebé, ¡esta vez, su corazón podría ser fácilmente un caos!
Por los últimos seis meses, él realmente ha cuidado bien de ella, aparte de sus viajes de negocios usuales, él gastaba la mayor parte de su tiempo con ella, para satisfacerla.
"Nada ocurrirá, no importa cuál sea la situación, lucharemos juntos, cuidaremos nuestras espaldas entre nosotros." Xiao Wu lo consoló suavemente.
Tang San reveló una sonrisa llegando a su mentón y dijo: "Contigo a mi lado, no estoy asustado de nada."
Xiao Wu se apoyó sobre su pecho, y una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro.
...
En un valle de montaña.
La hierba se extendía como una alfombra interminable, se podían ver fácilmente árboles gigantescos y antiguos, y florecían cientos de flores. Todo era magnífico como un país de hadas.
En este mundo mortal del país de hadas, había una chica bailando de aquí a allá. Sus hermosos movimientos se mezclaban tan bien con los cientos de flores que era difícil distinguir a la chica y a las flores, aunque ella era aún más hermosa y espléndida que las flores.
La chica parecía estar en sus veintes, con un largo vestido amarillo claro que envolvía su perfecto cuerpo. Era extremadamente atractiva.
"Deja de bailar, o harás que no pueda resistirme a bailar contigo". Justo en este momento, un sonido perezoso surgió.
En la dirección del sonido, en la alfombra de hierba, había un hombre perezoso recostado en una tumbona. Él estaba medio despierto y medio dormido, y daba la impresión de ser extremadamente lento.
Este hombre también estaba en sus veintes, su cara estaba llena de barba, sus ojos lujuriosos se movían de un lado a otro, su corazón estaba de alguna manera emocionado. En este momento, sus dos manos se agarraban la cabeza, sus ojos extasiados seguían mirando a la chica que bailaba con su vestido amarillo.
"¿Tú? ¿También bailas? Creo que no hay mucha diferencia entre un mago y tú". La chica del vestido amarillo dejó de bailar, se burló del chico. El hombre no se enfadó, en cambio, estalló en carcajadas y dijo: "Originalmente soy un dios, aunque me llamen un mago, sigue estando bien".
Se puso de pie mientras hablaba, luego se abalanzó hacia la chica del vestido amarillo como si fuera un tigre hambriento cazando su presa.
La chica del vestido amarillo soltó una risita, su suave cuerpo se giró flexiblemente para evitar su ataque... Los dos siguieron jugando en medio de miles de flores... Sin embargo, era difícil de creer que por mucho que jugaran, ni siquiera rompieran ninguna flor...
"Está bien, está bien, no te preocupes. Ve a cocinar algo para mí rápidamente, ya tengo hambre". La chica del vestido amarillo agarró con fuerza las manos del joven, mientras le hablaba enfurruñada...
El hombre se rió a carcajadas y dijo "¿Qué salchicha quieres comer hoy? Tenemos salchicha grande, salchicha pequeña, salchicha de setas, o todas".
"¡Pff, pff, pff! Qué asco, quién quiere comer salchichas. Eres un Dios Chef, pero tus habilidades culinarias no son tan buenas como las del Dios de la Emoción. No importa cómo, sólo comeré platos delicados y sabrosos. Toma eso como guía y síguelo. Si no satisface mi estómago, no sueñes con dormir en la habitación hoy".
"Está bien, está bien, quién dice que mi esposa es una Diosa de los Nueve Colores. Cocinar para ti no es sencillo, parece que, yo, el Dios Chef, tengo que hacerlo yo mismo". Tras sus palabras, se convirtió en una luz blanca que se fue. En un instante, llegó a una pequeña habitación no muy lejos del lugar anterior. Poco después de que entrara en la cocina, se oyeron sonidos y ruidos.
Para el Dios Chef, cocinar era la tarea más sencilla, nada podía ser más fácil. Cualquier ingrediente común podía convertirse en un plato perfecto en su mano mágica.
Al mismo tiempo, la Diosa de los Nueve Colores entró en la sala, se sentó frente a una mesa y apoyó su barbilla en ambas manos. Aunque llevaba una sonrisa en la cara, todavía había un rastro de tristeza en sus ojos.
"Aunque en mi vida no tengo nada de qué quejarme, sigue siendo un poco aburrida. No es de extrañar que otros dioses hayan dejado sus títulos para encontrar el mundo desconocido. Por desgracia, ahora mismo no tenemos ese valor. Debería ir a ver a San ge en los próximos días".
No mucho después, la puerta se abrió, el Dios Chef entró sosteniendo una gran bandeja que estaba llena de comida. ¡Arroz frito!
Sí, era arroz frito.
Pero, tan pronto como el arroz frito fue traído, la rica fragancia floral que lo rodeaba se ocultó por completo. El fuerte olor del arroz frito se precipitó a la nariz. Cada grano del arroz cocido tenía un color dorado, además, había numerosas esmeraldas y jades mezclados en él. Uno no podía evitar babear con sólo mirar el arroz frito.
"¡Rápido, ven a probarlo, el Dios Chef ha hecho personalmente el arroz frito dorado con esmeraldas y jade!"
La Diosa de los Nueve Colores dijo con desprecio: "El arroz frito dorado de jade esmeralda, ¿no es el arroz frito con verduras?"
Aunque se estaba burlando de él, el movimiento de su mano seguía siendo muy rápido, una luz de nueve colores apareció, enredó el arco y la cuchara, llevándola a su boca.
El Dios Chef estaba acostumbrado a su sarcasmo, sonrió felizmente mientras la veía comer el arroz frito con la velocidad del rayo. De repente, la expresión del Dios Chef cambió, sus ojos se dirigieron a una dirección. Detrás de su espalda, cada círculo de luces parpadeaba constantemente, luego se formaron en un Halo de cinco anillos flotando tras su cabeza. Una poderosa energía también flotó junto con el halo.
La Diosa de los Nueve Colores no se sintió bien. Dejó el cuenco de arroz en su mano y se puso rápidamente al lado del Dios Chef. A diferencia del halo flotante de cinco anillos tras el Dios Chef, el halo tras ella tenía nueve hermosos colores que eran realmente encantadores.
Además, cuando levantó su mano derecha, una exquisita pagoda se alzó en sus manos. La pagoda de nueve pisos irradiaba un aura densa.
[1] Ge (informal): Los chinos lo utilizan cuando llaman a alguien hermano mayor
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